En los últimos días, se han dado casos en donde el altavoz inteligente, Alexa, se había encendido y grabado información sin una orden anterior, es decir, por error. Esto ha provocado que empleados de Bloomberg, empresa que se encarga de revisar y transcribir conversaciones aleatorias de los usuarios con el objeto de mejorar el servicio de Alexa, hayan tenido acceso a discusiones y datos bancarios e, incluso, lo que aparentó ser un caso de agresión sexual.
No obstante, el personal entrevistado de Amazon , la empresa que creó la aplicación, asegura que, pese a lo que ocurre, la privacidad siempre se mantiene intacta, es decir, el nombre y los datos se mantienen en secreto, aunque se guardan datos como el número de serie de dispositivo.
Ahora la cuestión es, ¿puede la inteligencia artificial "interesarse" por lo que pueda estar sucediendo, o es solo una falla en el sistema? ¿Podrá alguna vez superar a la mente humana, generar respuestas no programadas por ellos?
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